domingo, 8 de junio de 2008

Francisca Merino: "Estoy preparada para jugármela" junio 2008

Acaba de ser madre por segunda vez y se encuentra viviendo un período de estabilidad que nunca soñó. Ya lleva seis años de matrimonio, mantiene una casa preciosa, le está yendo muy bien como empresaria y está lista para volver a las teleseries. Sus fanáticos la podrán ver muy pronto en su primera obra teatral en varios años: “No es tan fácil”.

Cuando se entra a la casa de Francisca Merino se quiebran todos los prejuicios de cómo debería ser el hogar de una actriz que fue una de las más rebeldes de su generación. No hay nada con reminiscencias de su pasado hippie y, en cambio, la propiedad es profundamente blanca, luminosa, ordenada, con un jardín cuidadísimo y una empleada de punta en blanco que recibe a las visitas.

Como cualquier dueña de casa de La Dehesa, tiene un auto del año a la puerta, preciosos hijos a quienes atender y un sinfín de responsabilidades para mantener su modernísima casa radiante.

Apenas tres días antes de esta entrevista celebró sus 33 años con una enorme fiesta para 80 personas. Su marido, el empresario Claudio Labbé, encarpó el gran jardín y organizó todo para que el baile durara hasta las siete de la mañana. Sus fieles amigos, como Pablo Illanes, Mario Azócar y Pamela Somerville, fueron sólo algunos de los conocidos invitados a este evento que se caracterizó por su privacidad y por la ausencia total de prensa. Por supuesto, que ya todo volvió a la normalidad en la casa de los Labbé Merino, como si nunca hubiese pasado nada y está lista para acoger todas las necesidades de esta familia que acaba de recibir a una nueva integrante.

Amanda, de apenas tres meses, se convirtió en la flamante hermana menor de Dominic, de 5 años, y hoy ambos son la razón de vivir de la recordada actriz de teleseries. Respecto de su primer embarazo, reconoce que “estaba asustadísima, fue súper difícil, me puse aprehensiva, me angustiaba si salía mucho de la casa; ahora, con la Amanda, ando trabajólica e independiente. Cuando son dos, inconscientemente sientes que se acompañan, que están juntos. No es uno solito que está ahí”.

Durante el período de gestación se sintió tranquila, meditó e intentó comunicarse con un mundo limpio, tranquilo, y trató de no meterse en problemas ni en rollos. “Mi parto fue súper lindo. Mi médico los hace naturales, en el agua, en la casa, sin anestesia. Como ya había tenido a Dominic con anestesia, no me iba a dilatar lo suficiente como para tenerlo normal. Amigas astrólogas y sicólogas me aconsejaron para que naciera en una hora astral que a ella le conviniera. Fue un parto con música, pacífico, místico, como una fiesta…”, comenta feliz.

Todavía se está recuperando. Se siente subida de peso y su ropa no le cabe. De ánimo está bien, pero de cuerpo dice que quiere volver a ser la de antes. “No hay nada peor que querer ponerte tus pantalones y que no te quepan. No es tu cuerpo. Tampoco es que me sienta insegura ni que la vida se me vaya. Es solamente una cosa práctica, entrar a tu clóset, ver qué me voy a poner hoy día y que todo funcione. Uno quiere tener la guagua y estar lista y no es así. Es imposible”, sentencia.

Ahora está yendo al gimnasio, haciendo dieta “dentro de lo que se puede”, y está segura que dentro de seis meses volverá a recuperar la silueta.
La temida depresión posparto se le manifestó en el momento en que bajó la leche: “Lloraba, lloraba, lloraba, tenía pena por todo, me sentía en un hoyo negro que nadie me iba a poder recoger ni ayudar. Estaba insoportable, maniática, me molestaba el polvo, encontraba todo sucio, lloraba por todo, andaba histérica. Mi marido ahí aguantando, el pobre. Tratando de ayudarme. Me duró como 10 días, luego de eso, volví”.
Su actual realidad de responsable y ordenada dueña de casa, la ha sorprendido hasta a ella misma y cuenta que sólo se ha dado de manera natural con el correr de los años y gracias a la relación que armó con Claudio
Dentro de su veta empresarial hay un par de proyectos que la tienen embalada. El más a corto plazo es seguir desarrollando lo comenzado con “Majas”. La idea inicial, de tener tiendas, no prosperó y la única que posee es su showroom-oficina en Merced. No obstante, el negocio encontró otras proyecciones, como la distribución a las grandes tiendas, lo que sí está dando buenas utilidades a una sociedad que conforma únicamente con su marido. Las perspectivas de “Majas” están en “hacer y distribuir ropa. Ya no me interesa tener tienda”, jura.
Otro de sus grandes anhelos es hacer –junto a su gran amiga, Pamela Somerville, hija de Hernán y socia-chef del “Tierra Noble”– un spa en San Pedro de Atacama. Están comprándose un sitio y analizando todos los escenarios para hacer algo espectacular
Junto a Amanda, lo que la tiene más ocupada por estos días es su inminente regreso al mundo de las tablas. Desde el 2002 que no actuaba en ninguna obra y, por lo mismo, los ensayos para estrenar “No es tan fácil”, de la mano del director español Jesús Codina y de la compañía San Ginés, la tienen tan nerviosa como cualquier debutante. Junto a Ramón Llao y José Martínez, comparte escenario en un pieza teatral que habla de las crisis de los matrimonio, de un marido que quiere separarse de su mujer, que aunque es perfecta y estupenda, quiere buscar algo más.

No participa en ninguna teleserie desde hace más de tres años. “No sé por qué será. Tampoco he sido de las que va a pedir pega. En el pasado dije mucho que no, es un típico defecto mío, que me cierro mucho. Ahora me siento preparada para jugármela por muchas cosas que antes no me atreví y estoy dispuesta a abrirme más y no tener tanto temor”, concluye.

1 comentario:

Alejandra dijo...

Hola, q linda entrevista .. me encantoooooo... estaremos esperando su regreso .

Cariños.